Placenta previa, una complicación del embarazo que puede ser peligrosa
La placenta es un órgano que suministra nutrientes y oxígeno de la sangre de la madre a la sangre del bebé. Cubre un área amplia y está conectada al útero de la madre. El cordón umbilical conecta la placenta con el bebé.
Hay un grupo de patologías que están relacionadas con la posición de la placenta, no con el grado de contracción del útero (como la atonía uterina). Estas patologías son la placenta previa y la placenta accreta.
Desde el Servicio de Obstetricia indican que la placenta previa ocurre cuando la placenta del bebé obstruye de manera total o parcial el cuello uterino de la madre (la salida del útero). Esto puede provocar un sangrado grave durante el embarazo y el parto.
En los primeros meses del embarazo algunas placentas pueden presentarse bajas o incluso previas y luego, con el desarrollo del embarazo y el crecimiento del útero hacia arriba, toda la zona del cuello del útero queda libre de placenta. De esta manera, los riesgos de sangrado durante el embarazo y el nacimiento desparecen. Por el contrario, hay otras placentas que se presentan previas desde el inicio y no cambian su posición, sobre todo las placentas previas oclusivas totales, donde toda la torta placentaria está ubicada sobre el cuello del útero. Si la placenta previa no se revierte será necesario realizar una cesárea para sacar al bebé.
CAUSAS
No se sabe exactamente cuáles son las causas en las cuales la placenta se localiza de esta manera, y no tiene que ver con esfuerzos que haya realizado la madre. Si se conoce que hay un grupo de mujeres que hacen placentaciones bajas, algunas son multíparas (madres con muchos hijos), muchas veces son fumadoras, y algunas tienen cirugías uterinas (por ejemplo, cesáreas anteriores y miomectomías). Y ese grupo es el que tiene mayor riesgo de, además de hacer placenta previa, hacer acretismo placentario, que es el grado de intromisión de la placenta dentro del músculo uterino.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se tiene con las ecografías, a medida que va avanzando el embarazo se logra más certeza sobre la localización y el aspecto de la placenta. En algunos casos se puede necesitar la ayuda de una resonancia magnética. Pero habitualmente con experiencia para verla no hay dificultad diagnóstica.
CUIDADOS
Si tienes placenta previa, es posible que tengas sangrado durante todo el embarazo y durante el parto. Es recomendable que evites realizar actividades que puedan provocar contracciones, como mantener relaciones sexuales, realizarte lavados vaginales, usar tampones o participar en actividades físicas que puedan aumentar el riesgo de tener sangrado.