Maculopatía
La mácula es la parte central y más sensible de la retina, que nos permite leer, distinguir rostros y realizar todas las actividades visuales de alta resolución. Desde el Servicio de Oftalmología señalan que en ella se encuentran los conos (células encargadas de la visión de los colores y de la visión diurna). Cualquier enfermedad que comprometa esta zona es considerada una maculopatía. Sin embargo, lo que en la jerga llamamos maculopatía, es un tipo específico denominado Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE).
SINTOMAS
El síntoma principal de esta enfermedad es la afectación de la visión central. También puede presentar metamorfopsias (ver deformado), alteración del tamaño de las imágenes y/o de la visión de los colores. En algunos casos, avanza tan lentamente que las personas no perciben cambio alguno. En otros, lo hace rápidamente y puede causar una pérdida brusca y severa de la visión. No produce ceguera absoluta, ya que generalmente los pacientes conservan su visión periférica. Es una enfermedad bilateral y asimétrica (afecta ambos ojos, pero no al mismo tiempo).
FACTORES DE RIESGO
- Edad mayor a 60 años.
- Tabaquismo.
- Antecedentes familiares.
- Enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial.
- Exposición a la luz solar (efecto nocivo de la radiación ultravioleta sobre la retina).
- Deficiencia de vitaminas A, C y E, Zinc y selenio (antioxidantes con efecto protector de la retina).
TIPOS
- Forma atrófica o seca (80%): de lenta evolución y escasos síntomas.
- Forma exudativa o húmeda (20%): se forman neovasos por detrás de la mácula, que generan edema y hemorragias produciendo alteración de la visión central. En la etapa terminal se forma una cicatriz fibrosa que hace imposible la recuperación visual.
DIAGNÓSTICO
Se realiza haciendo un examen completo de los ojos, incluyendo la dilatación de las pupilas para ver la retina con una lupa especial (fondo de ojos). Y mediante estudios complementarios como la tomografía de coherencia óptica (OCT) y la Angiografía fluoresceínica (RFG).
TRATAMIENTO
- Forma seca: no existe tratamiento probado. A estos pacientes se les da vitaminas y antioxidantes para disminuir la progresión de la enfermedad en el otro ojo. Existen ayudas ópticas que permiten a los pacientes desarrollar sus actividades de la mejor manera posible.
- Forma húmeda: existen nuevos medicamentos que se inyectan en el ojo para disminuir el edema y las hemorragias (inyección intravitrea de anti-VEGF).