Día Mundial de la Concienciación Sobre el Autismo
En la celebración del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, anualmente se selecciona un tema o lema central. Para el año 2023 el lema de la campaña es “Por un mundo neuroinclusivo para todos”.
En los últimos años, ha habido un gran avance en la concienciación y aceptación del autismo gracias a la labor de defensores y profesionales que han adoptado el paradigma de la neurodiversidad. Se ha pasado de buscar la cura o conversión del autismo a la aceptación, apoyo e inclusión de las personas con autismo.
El trastorno del espectro del autismo (TEA) es una condición que se manifiesta de manera diversa.
Aunque las personas autistas comparten el mismo diagnóstico, cada una de ellas es diferente a las demás y tiene sus propias capacidades, necesidades e intereses. Por eso, precisa de unos apoyos individualizados y especializados que se ajusten a cada etapa de su ciclo vital para promover su participación social en igualdad de condiciones.
El TEA es un trastorno que afecta la habilidad para interactuar y comunicarse socialmente. Es una afección del neurodesarrollo que presenta alteraciones en la comunicación y en las interacciones sociales, junto a otras características, como comportamientos repetitivos, restringidos y estereotipados.
Las manifestaciones pueden ser muy variables entre las distintas personas de acuerdo a su crecimiento y maduración, y generalmente con impacto de por vida.
Las señales de alerta que pueden aparecer son:
- Falta de respuesta cuando al niño o niña lo llaman por su nombre (a partir del año de edad).
- No señala objetos mostrando su interés (a partir de los 14 meses de edad).
- No juega con situaciones imaginarias (a partir de los 18 meses de edad).
- Evita el contacto visual y prefiere estar en soledad.
- Retraso en el desarrollo del habla y del lenguaje.
- Falta de reciprocidad ante la demostración de los sentimientos de otras personas.
- Irritabilidad frente a cambios mínimos.
- Repetición de palabras o frases.
- Movimientos incontrolados del cuerpo, sobre todo de las manos.
No se conocen las casusa. Se sospecha que hay una predisposición genética pero que además influyen otros factores.