06/01 - Interés para la salud

Evitemos golpes de calor

Un golpe de calor o shock térmico es uno de los casos más graves de hipertermia. Es el “sobrecalentamiento” que sufre el cuerpo debido a las altas temperaturas o un exceso de ejercicio físico. La falta de hidratación hace que diversos órganos dejen de funcionar como lo harían de forma habitual.

 

El golpe de calor se origina a consecuencia de un fracaso agudo de la termorregulación y constituye una urgencia médica extrema porque es a la vez de aparición muy rápida (de 1 a 6 horas) y de evolución fatal (puede ocasionar la muerte en menos de 24 horas si no se trata rápidamente).

 

Los golpes de calor son más frecuentes en los primeros días de temperaturas altas y se debe a que el cuerpo aún no ha puesto en marcha los mecanismos de aclimatación.

 

Los principales grupos de riesgo para sufrir un golpe de calor son los siguientes:

  • Los niños y los lactantes.
  • Las personas mayores.
  • Personas con sobrepeso u obesidad.
  • Pacientes sometidos a algún tipo de tratamiento, especialmente con anticolinérgicos, antihistamínicos, fenotiazinas, anfetaminas, psicofármacos, diuréticos y betabloqueadores.
  • Trabajadores que realizan tareas intensas, al aire libre o actividades deportivas de nivel.

 

Causas

El organismo tiende a sudar cuando la temperatura corporal va aumentando para mantenerse fresco. Cuando la temperatura del exterior es muy alta, el cuerpo expulsa el sudor de manera más lenta, lo que provoca que el cuerpo no se refresque lo suficiente si no se han tomado medidas adicionales. Si el cuerpo alcanza un alto grado de deshidratación y temperatura elevada (por encima de los 40ºC), algunos órganos comienzan a funcionar de manera errática, lo que provoca los distintos síntomas.

 

Síntomas

  • Sensación de debilidad.
  • Dolor de cabeza y mareos, pérdida de conciencia.
  • Aceleramiento de los latidos del corazón (palpitaciones).
  • Orinar poco.
  • Sequedad y enrojecimiento de la piel.
  • Anhidrosis (ausencia de sudor).
  • Hiperventilación.

 

Prevención

  • Mantenerse hidratado constantemente bebiendo agua u otros líquidos.
  • Evitar bebidas alcohólicas, café, té o bebidas muy azucaradas
  • Permanecer en lugares frescos o a la sombra.
  • En casa, bajar las persianas y cerrar ventanas para evitar que entre el sol, especialmente en las horas de mayor temperatura.
  • Comer de forma ligera, como ensaladas, frutas, verduras.
  • No hacer ejercicio al aire libre en las horas de mayor temperatura (de 11hs. a 16hs.)
  • En la calle, utilizar ropa ligera y de color claro, que atrae menos el sol, calzado fresco que permita la transpiración y sombreros.