26/10 - Interés para la salud

MI HIJO SE OPERA: ¿Qué tengo que saber?

Una cirugía es una experiencia completamente diferente, donde el niño va a estar rodeado de gente extraña y en un ambiente desconocido. Además, con la preocupación de que pueda sufrir algún dolor, mayor o menor. Por todo esto, desde el Servicio de Cirugía Pediátrica destacan que es muy importante prepararse bien para superar estos momentos, sin añadir tensiones a su estado de salud.

 

Desde un punto de vista fisiológico, el niño es el paciente ideal para realizar un procedimiento quirúrgico. Antes de operar, el cirujano explicará de manera simple a la familia y al niño cómo transcurrirá su internación, desde la llegada a la clínica hasta el alta quirúrgica. 

 

Es importante que al niño se lo prepare adecuadamente para la hospitalización. Se debe fortalecer la confianza en sus padres, pediatra, cirujano y su grupo de colaboradores. Además, hay que explicarle, dentro de la capacidad de su desarrollo mental, el significado de la cirugía que se le va a practicar y sus beneficios.

 

Antes de operar un niño existe un protocolo que se debe cumplir hasta en los detalles más mínimos.

 

ESTUDIOS PREVIOS DE LA CIRUGÍA: 

1- Se realiza un examen de sangre para valorar la coagulación, infecciones y anemia. 

2- Electro cardiograma y valoración cardiológica para valorar la función del corazón.

Los padres deberán informar de cualquier enfermedad que haya padecido el pequeño, o si algún familiar ha presentado accidente anestésico. Por supuesto es necesario que el médico sepa qué medicamentos ha tomado el niño en el último tiempo, y conozca el estado de salud en el momento de la intervención. 

 

¿QUÉ ES LA ANESTESIA?

Existen diversas técnicas anestésicas y en cada caso se aplica la más adecuada.

Se combinan una serie de fármacos, entre ellos los analgésicos, hipnóticos, relajantes musculares, sueros etc. Se controlan las funciones vitales, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, concentración de oxigeno, presión arterial y electrocardiograma.

Todo este procedimiento es realizado por un médico especialista en anestesia pediátrica.

 

La mayoría de los recién nacidos, lactantes y niños que se operan lo hacen utilizando anestesia general. Esta es más segura que otros tipos de anestesia, y no produce secuelas adversas en el futuro desarrollo físico o mental del niño.

 

Consulta con el Anestesista: sirve para que los padres puedan obtener información sobre el procedimiento, riesgos y todos los detalles importantes en relación a la intervención.

Esto ayuda a disminuir el miedo del niño y de los padres, y a humanizar lo más posible la intervención quirúrgica. 

 

¿CÓMO PREPARAR A SU HIJO?

El hecho de que su hijo tenga que ser intervenido quirúrgicamente implica una permanencia corta o larga en la clínica.

El Servicio de Cirugía Pediátrica ofrece una lista de deberes para ayudar al niño en estas circunstancias:

  • Insistir en que se trata de lugares donde van las personas para mejorarse.
  • Decir que quien va a curarlo será un amigo de los padres que el niño conoció en el consultorio (el cirujano).
  • Tratar de explicar lo más simple posible las razones por las cuales va a ser operado.
  • Asegurar que la mamá y el papá van a estar junto al niño todo el tiempo.
  • No mentirle al niño.
  • No permitan que se de cuenta que están preocupados, sino le trasmitirán la tensión.
  • Hablar en todo momento con una actitud positiva.

 

Es bueno tener claro varios aspectos que podrán ayudar a reducir la ansiedad del grupo familiar relacionada con la cirugía:

Primero asegúrese de que entiende perfectamente bien la condición médica que ha motivado la necesidad de dicha operación. 

Siéntese y hable claramente con su cirujano. Pregunte todas las dudas que tenga.

Pasados los primeros dos años de edad se puede ofrecer una explicación simple y en forma de cuento de lo que le van a realizar. 

Los padres pueden contar a modo de historia lo que va a suceder en forma repetitiva de forma tal, que se cree una rutina en la mente del niño.