01/06 - Interés para la salud

Promoción y prevención de la salud del anciano

La esperanza de vida ha aumentado en forma pronunciada en el siglo XX, y se prevé que seguirá creciendo en todas las poblaciones del mundo. La proyección demográfica global estima que la cantidad de personas con más de 65 años se duplicará entre 2020 y 2050, y llegará a dos mil millones. Desde el Servicio de Clínica Médica resaltan que la salud es un factor básico para mantener el bienestar y la calidad de vida en la vejez. Para que los ciudadanos de mayor edad puedan seguir haciendo aportes activos a la sociedad cobra gran importancia la promoción y prevención de la salud del anciano.

 

MAR DEL PLATA, POLO GERONTOLÓGICO DEL PAÍS

Mar del Plata es la ciudad de la Argentina que cuenta con la mayor cantidad de población anciana. En principio se convirtió en lugar turístico de elite, luego de elección masiva de los trabajadores y progresivamente en destino desde mediados y fines del siglo pasado, de corrientes migratorias internas de aquéllos que al momento del retiro o jubilación la eligieron como última morada de sus vidas. Es “el lugar para vivir” de diferentes grupos, conformando una sociedad heterogénea y con un estilo representativo de la clase media. 

 

En particular, los adultos mayores la eligen por factores tales como la búsqueda de la tranquilidad en los últimos años de vida, cuestiones afectivas relacionadas con la Mar del Plata de otras épocas y la posibilidad de un lugar de pertenencia, en donde son posibles las relaciones y los encuentros con otras personas que comparten sus mismos intereses, mediante clubes de jubilados, centros de residentes y actividades artesanales, culturales, educativas y recreativas que se ofrecen, considerándosela en las últimas décadas uno de los polos gerontológicos del país.

 

Según el Censo Nacional del INDEC 2011, la población total del Partido de General Pueyrredon era de 618.989 habitantes, siendo 230.462 mayores de 60 años, un 37, 23% de la población total, con 55 personas centenarias.

 

Por lo tanto, en nuestra ciudad, las acciones de promoción de la salud son prioritarias para las personas de edad, puesto que el impacto que se busca es el mejoramiento de su calidad de vida para prolongar los años productivos y garantizar su participación en el proceso de desarrollo integral de la población.

 

Los múltiples cambios que ocurren con la edad en la población anciana no se deben únicamente al propio proceso de envejecimiento, sino que, también son condicionados por las consecuencias de los hábitos y estilos mantenidos a lo largo de las etapas anteriores de la vida. La reducción de estímulos y de aptitudes que provoca la inactividad, las enfermedades agudas y crónicas que aumentan su incidencia y prevalencia con la vejez o el deterioro de la situación social como la reducción de los ingresos económicos o la pérdida de status social. 

 

Se debe tener en cuenta que la vejez no es un estadío separado de la vida, sino la parte final de un contínuum, y por consiguiente la salud en la vejez es parte del contínuum de la salud de la vida.

 

APARICIÓN DE ENFERMEDADES

La salud en el anciano presenta un amplio espectro de situaciones posibles que abarca la aparición de enfermedades, tanto crónicas como agudas, problemas generados por enfermedades ya presentes y por las consecuencias de enfermedades crónicas, que incluyen la disminución funcional, la discapacidad, la dependencia, la hospitalización, la institucionalización y la muerte, así como la enfermedad aguda y accidentes.

 

TRES FORMAS DE PREVENCIÓN 

Las tres formas de prevención tienen metas diferentes: La primaria y la secundaria están enfocadas a la detección precoz y al tratamiento de la enfermedad, respectivamente. La prevención terciaria, dirigida al mantenimiento de la función en presencia de la enfermedad, a la prevención de la discapacidad y la dependencia y a obtener la mejoría de la calidad de vida.

 

La prevención primaria, consiste en la prevención de la aparición de la enfermedad. En este punto, no existen pruebas de que los rastreos multifásicos o “chequeos” aporten beneficios, es más importante en el anciano la detección periódica y sistemática de los cambios en su función e independencia que la realización de esfuerzos exhaustivos para detectar listas de nuevas enfermedades y diagnósticos.

 

La prevención secundaria, definida como la intervención rápida para detener el proceso de la enfermedad, incluyendo la investigación para detectarla precozmente, pretende descubrir enfermedad asintomática que ya está produciendo una alteración, o de mayor trascendencia en geriatría, una pérdida de función. 

 

La prevención terciaria, es la intervención clínica eficaz para evitar complicaciones y secuelas de la enfermedad. Su objetivo específico es, una vez que la enfermedad ha aparecido y es manifiesta y conocida, aliviar los síntomas, reducir las complicaciones al mínimo y preservar o mejorar la función para mantener la independencia y evitar la institucionalización.

 

PROBLEMAS DE GRAN IMPORTANCIA A IDENTIFICAR

Problemas de gran importancia a identificar durante un control de salud en los ancianos son la  fragilidad, estado asociado al envejecimiento que se presenta como un continuo entre el adulto mayor saludable y aquel extremadamente vulnerable en alto riesgo de de morir, que se encuentra estrechamente relacionada a los síndromes geriátricos, problemas de salud muy prevalentes producidos por disminución de la reserva funcional como la inestabilidad con  consecuentes caídas y fracturas,  inmovilidad, dependencia y finalmente perdida de la autonomía;  incontinencia esfinteriana con confinamiento secundario por la incomodidad que genera y las infecciones urinarias secundarias, soledad y depresión asociada;  y las alteraciones cognitivas y de la memoria. 

 

Todos se presentan como una discapacidad instalada, y son la expresión final de múltiples enfermedades crónicas con grados variables de recuperación.

 

El hecho de que se pueda envejecer bien, depende entonces, de muchos factores: el comportamiento de las personas durante la vida, el tipo de alimentación mantenida, la actividad física realizada, la exposición a riesgos como el hábito de fumar, el consumo nocivo de alcohol o la exposición a sustancias tóxicas entre otras, por lo que sin duda la intervención mas efectiva es la prevención y promoción de la salud a edades tempranas. 

 

Pero el envejecimiento saludable es más que evitar enfermedades. El mensaje es que, si adoptamos comportamientos y estilos de vida saludables desde la niñez, podemos esperar que, en nuestra edad adulta y los años posteriores, sean especialmente estimulantes y productivos.