Tiempo de crisis y su impacto en los niños
La complejidad creciente de la realidad y la profunda crisis económica inexorablemente impacta no solo en el bolsillo sino en el psiquismo de los argentinos. Esto causa consecuencias en todo el tejido social. Angustia, ansiedad e incertidumbre son los síntomas mas frecuentes. Desde el Servicio de Psicología indican cuales son las herramientas para poder enfrentar las crisis y especialmente, como acompañar a los más pequeños.
Parece ser que las crisis se repiten, cíclicamente. Hay una compulsión a la repetición, a lo traumático, a las vivencias de dolor y sufrimiento.
Las crisis son momentos en la vida del individuo que provocan una desorganización de sus estructuras psíquicas, a veces están los recursos para enfrentarlas y otras veces no.
Una de las cuestiones más importantes para poder enfrentar las crisis es estar acompañado.
Con respecto a los niños, aunque se intente preservarlos, ellos están expuestos a las dificultades económicas de los padres, a su vez reciben estos mensajes tanto en la escuela, en los medios de comunicación, en la calle, y en la vida cotidiana a diario. Además, se escuchan frases tales como no hay futuro, cada vez hay menos trabajo, los jóvenes se quieren ir, cada vez estamos peor….
Los chicos sufren los avatares económicos no solo por la falta de dinero sino porque sienten la angustia de los padres. Muchas veces sienten que los adultos están tan preocupados y desorientados que no pueden estar presentes.
CONSECUENCIAS EN LOS NIÑOS
Esto puede devenir en síntomas tales como falta de atención en la escuela, moverse de un lugar a otro, y demandar más de los padres.
Es conveniente poder hablar en casa del tema, incluyendo la idea de perspectiva de futuro. Es muy importante la comunicación, sin llegar a alarmar, y adecuándola a cada edad.
Hay que explicar que hay cosas que pasan en el afuera, más allá de nuestras casas y que también afectan a otras personas. De esta manera limitamos la fantasía de los niños, que pueden imaginar que lo que les pasa a los padres puede tener que ver con algo que ellos hicieron mal.
Hay que apelar a una visión realista sin caer en el pensamiento mágico, lo que permitiría poner en marcha mecanismos de afrontamiento
La idea es recuperar el rol de adultos como protectores, acompañarlos y trasmitirles tranquilidad, que los niños sientan que, si bien los padres están preocupados por lo que pasa en el mundo, siguen estando presentes. Si los adultos puedan enfrentar su propia frustración , van a poder ayudar a sus hijos a resolverlo.