19/09 - Interés para la salud

Vértigo Cervical: mitos y realidades

El mareo afecta a más del 50% de la población mayor de 65 años, y es la causa más frecuente de consulta médica luego de los 75 años. Aproximadamente el 50% de los pacientes que consultan por mareos presentan en realidad vértigo. 

 

“Doctor, estoy mareado, me sugirieron que puede ser de causa cervical, por lo que me indicaron kinesiología cervical y… algo mejoré”. Este es uno de los relatos más comúnmente escuchados en el consultorio de cualquier especialidad médica, inclusive en el ámbito no médico, indican desde el Servicio de Otorrinolaringología.

 

Históricamente, resulta difícil precisar cuándo se hizo popular la asociación entre la columna cervical y los mareos, y como “aun hoy” se considera una verdad médica inapelable. La explicación resulta lógica: “el mareo se desencadena al girar la cabeza y la columna cervical” y pareciera no requerir más preguntas; posiblemente esto haya perpetuado el concepto de vértigo cervical en los foros no médicos. Sin embargo, el vértigo cervical resulta una entidad controvertida y muchos de los pacientes diagnosticados con tal trastorno suelen tener finalmente otros diagnósticos. 

 

¿CÓMO SE DEFINE EL VÉRTIGO CERVICAL O MAREO CERVICOGÉNICO?

Existen varios problemas a la hora de definir el vértigo cervical como una enfermedad o entidad clínico-patológica que son los siguientes:

 

  • No hay una definición precisa y única de vértigo cervical
  • No hay datos epidemiológicos ni estudios poblacionales
  • No hay estudios complementarios específicos ( estudios que puedan definir el diagnostico solo realizándolos)
  • No hay elementos clínicos que con su sola aparición definan el diagnostico en forma precisa.
  • No hay un sustento fisiopatológico claro ( lo que significa que no puede explicarse solamente por las  alteraciones cervicales que suelen evidenciarse. 
  • Utilizando métodos apropiados de diagnóstico, el 90% de los casos tiene otras causas probables de síntomas.

 

DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES

La combinación de dolor cervical y mareos o vértigo, como único criterio diagnóstico de vértigo cervical, genera una sobreestimación de esta entidad. Ante la falta de criterios claros de diagnóstico, la conducta más apropiada es considerar el diagnóstico luego de haber descartado otros más probables. 

 

Con un examen físico adecuado y con estudios vestibulares apropiados, cerca del 90% de los pacientes con diagnóstico preliminar de vértigo cervical  cambian de diagnóstico. 

 

Es muy importante destacar que el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) es el que por sus características plantea mayores errores diagnósticos al examinador no entrenado. Aquí el vértigo se desencadena con los cambios de posición de la cabeza en el espacio (acostarse, rotar en la cama, mirar un estante superior). La migraña vestibular, una entidad muy prevalente, suele combinar episodios de vértigo, desequilibrio, intolerancia al movimiento cefálico y ocasionalmente cefalea y/o cervicalgia; en esta entidad clínica el tratamiento antimigrañoso suele ser efectivo en más del 80% de los casos. 

 

Es interesante destacar un dato relevante y bastante habitual en la práctica clínica: Invariablemente los pacientes con vértigo y desequilibrio de cualquier causa suelen presentar tensión muscular cervical, rigidez y eventualmente dolor, como comorbilidad. Posiblemente puede explicarse como una reacción fisiológica a la percepción de menor estabilidad y de riesgo de caída. En estos casos, la postura de tensión y el dolor cervical son claramente reactivos y mejoran cuando el equilibrio se restablece, por lo que debe considerarse un epifenómeno y no la causa prioritaria del problema. 

 

ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS

Los estudios complementarios tienen la finalidad de descartar otras causas más prevalentes de mareo o vértigo.

 

El test de impulso cefálico videoasistido (VHIT) evalúa la función vestibular, específicamente el reflejo vestíbulo ocular. Nos permite evaluar la integridad del sistema vestibular periférico y descartar causas centrales y/o mixtas. 

 

Los estudios por imágenes como la tomografía computada y/o resonancia magnética permiten detectar alteraciones anatómicas, malformaciones, lesiones expansivas, alteraciones traumáticas, etc. 

 

La radiografía de columna cervical, ampliamente usada para el diagnóstico de vértigo cervical, podría considerarse como una técnica de baja sensibilidad y especificidad para esta entidad, aunque indudablemente resulta útil, de realizarse las incidencias adecuadas, para descartar lesiones óseas asociadas a traumatismos o latigazos cervicales. 

 

TRATAMIENTO

El tratamiento debe ser claramente diferenciado según la causa generadora del vértigo. 

 

El tratamiento del vértigo cervical, cuando el diagnóstico fuese correcto y habiendo descartado otras causas más comunes de mareos/vértigo, es la terapia física manual, con el objetivo de disminuir la contractura y los puntos dolorosos musculares. 

 

En resumen, si bien es difícil medir el verdadero alcance del vértigo cervical, y habiendo descartado las causas más prevalentes de vértigo/mareo, la terapia física parece ser la estrategia más adecuada. La persistencia o agravamiento de los síntomas, obligaría al médico actuante a derivar al paciente para una atención especializada.